La hermenéutica jurídica y transparencia judicial.
La hermenéutica jurídica es necesaria porque todo el derecho es interpretable, argumentable y controvertible. Del derecho se interpreta lo que está escrito y lo que no, lo que es oscuro, lo que es ambiguo, lo que es contradictorioy también lo que parece claro a la letra de la ley.
La interpretación da significados. En el derecho existen muchos métodos interpretativos que los jueces podrán utilizar para otorgar los significados a las normas, sus alcances y sus bordes y escribir esa narrativa jurídica. La decisión del juez así construida resolverá un conflicto y tendrá un impacto en lo público. De esta manera la interpretación judicial se convierte también en un acto político.
La interpretación del derecho y su aplicación para la definición de un conflicto es un acto político porque implica el ejercicio del poder del Estado que impacta en la vida pública de la sociedad. Como todo acto del estado, el acto del juez no puede ser discrecional ni arbitrario sino que debe fundarse en el derecho y motivarse en los hechos y el derecho.
Tradicionalmente se ha dicho que el juez habla por medio de sus sentencias para señalar que son estas sentencias las que deben revisarse que estén correctamente fundadas y motivadas. Si esta es la manera en la que el juez rinde cuentas por sus fallos ante la sociedad, la decisión judicial -la sentencia como manifestación particular de la narrativa jurídica- debe ser transparente.
En el ámbito de lo público, la transparencia es una herramienta para mostrar por medio del principio de máxima publicidad que cada uno de los actos realizados por cualquier autoridad pública cumple con la legalidad aplicable, está motivado y va de acuerdo con la ética del servicio público. En el caso del Poder Judicial y en particular respecto de la decisión judicial, la transparencia se refiere a mostrar las razones jurídicas y argumentos que fundamentan la aplicación e interpretación del derecho para resolver una litis por parte de un juez.
La transparencia judicial depende en buena medida del proceso de administración de justicia. En el proceso escrito la justicia no es transparente: el derecho se vuelve expedientes de muchas hojas escritas con un lenguaje impenetrable, oscuro, donde se describe todas las etapas procesales y pruebas, las actuaciones y el derecho aplicable. Tampoco son públicas las audiencias y sin publicidad es difícil que haya transparencia. Si las razones de la decisión se pierden entre una verborrea de términos legales, sin sentido e inaccesibles para el lego en la materia jurídica, no es transparente. La narrativa jurídica debería ser clara y sencilla.
En el proceso oral, por el contrario, la aplicación del derecho se abre al escrutinio y hace públicas las audiencias y con ello, las causas, razones jurídicas y pruebas de los hechos de cada de las partes. Así, la publicidad y oralidad de la justicia contribuyen a la transparencia del proceso porque las partes expondrán sus argumentos que serán controvertidos y el juez de manera pública, con las pruebas expuestas a ojos y oídos de la audiencia testigo del proceso, dictará sentencia. Esto obliga a que las causas y razones jurídicas de las partes se expresen de manera clara y entendible. De la misma manera, al dictar sentencia el juez deberá demostrar de forma oral que sus argumentos no son arbitrarios, que tiene fundamento y que la decisión es consecuencia de la trama jurídica establecida por las leyes, de los hechos probados, los precedentes judiciales aplicables y los principios jurídicos.
La oralidad le da a la narrativa jurídica la teatralidad para ser representada ante la sociedad. El juicio se vuelve teatro jurídico clásico en el que se representa la disputa en la aplicación de la ley. En ese teatro el juez es actor protagónico. Hay una audiencia que espera su decisión y ante ella habrá de expresarla. En su actuación principal el juez habrá de exponer los argumentos que llevan a una decisión concreta que resuelve el conflicto; la forma en la que ejecute su actuación, hará del juez un personaje digno de recordar y no solo la decisión final a la que llegue.
En tiempos de coexistencia de procesos escritos y orales los retos para la transparencia judicial son mayores. Escrita u oral, la narrativa jurídica debe ser abierta, accesible, transparente. Como actos políticos deben quedar sujetos a la responsabilidad política del juez. Si el juez habla por medio de sus sentencias, las sentencias deben abrirse al escrutinio no solo del especialista del derecho, sino a la ciudadanía en general para que ésta pueda acercarse a la labor judicial y al derecho. Ese es el inicio de una #justiciaabierta.
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