Lo único cierto es que vamos tarde, tardísimo y no hay atajos ni varitas mágicas. La violencia y la impunidad son una constante en nuestro país. 15 años de guerra contra los “malos” y tenemos decenas de millares de muertos y desaparecidos y seguimos queriendo inventar el hilo negro, cuando hay modelos de seguridad y justicia que con el potencial de abordar la conflictividad social de manera pacífica. Modelos eficientes y humanizados, policías civiles profesionalizadas, a nivel local, cercanas a la sociedad y sobre todo sin armas. no se trata de abrazos o balazos, se trata invertir en mucha inteligencia, investigación y justicia restaurativa enfocada en la reparación del daño. Lo contrario, apostar por modelos que militarizan la seguridad pública y sistemas de justicia de corte inquisitivo, punitivistas en donde todo acaba en muerte y cárcel; y este modelo sencillamente ha demostrado ser un rotundo fracaso.
Hoy en día la Guardia Nacional ya está militarizada, poner eso en papel no hará ninguna diferencia y por el contrario constitucionalizar el fracaso, cerrará la puerta a una verdadera solución, implica sellar en piedra un futuro de muerte e impunidad. Los militares parecen ser los más grandes re-vendedores de espejismos y así cada presidente les compra la misma solución una y otra vez. Próximamente en el congreso de la unión de un plumazo quienes legislan podrían condenarnos a un par de décadas más de guerra.