impuso la toga reglamentaria como símbolo de la investidura de Ministro y recordó que la toga se porta en las sesiones de Pleno, las de Sala y las Solemnes. Al respecto vale la pena anotar las palabras que en otras ocasiones ha pronunciado el Ministro Juan Silva Meza: “la toga pesa y esto es así para recordarnos a Ministros y Ministras la responsabilidad que cargamos”. A partir del martes el ya Ministro Medina Mora carga sobre sus hombros ese recuerdo que ha expresado el experimentado Ministro Silva. Tocó a la Ministra Olga Sánchez Cordero dar la bienvenida al nuevo Ministro. Destacó en su discurso la valoración de la transformación que ha tenido la SCJN en los últimos veinte años (en los cuales la Ministra ha participado). Desde su perspectiva era importante subrayar que la Corte que está a punto de dejar (en noviembre de este año) era una muy distinta en 1995 y que, entre muchos cambios dados, había que hacer énfasis en la consolidación de la Corte como Tribunal Constitucional y como garante de derechos. Son cambios -dijo- “que no tienen marcha atrás”. En este sentido, enfatizó que hace veinte años incluso faltaba el reconocimiento pleno de ciertos derechos que hoy se reconocen. Consideró que ha sido un tránsito largo de transformaciones legislativas, políticas y culturales las que definen hoy a la Corte. Finalizó su discurso recordando el papel del juez constitucional como alguien que debe estar abierto al diálogo y a la pluralidad, siempre con el compromiso de proteger los derechos humanos de todas las personas. Por su parte el Ministro Medina destacó en su discurso que tenía una gran ventaja respecto de sus compañeros: podía aprender los conocimientos, experiencia y sabiduaría acumulada por todos ellos. En ese sentido, recordó que en la Corte de Estados Unidos, es tradición que el Ministro o Ministra más reciente sirva el café a sus compañeros en las sesiones, esta tarea -dijo- es muy digna y estaría dispuesto a hacerla, con ello reiteró su disposición para aprender y crecer dentro del Máximo Tribunal. Consideró que para atender los principios de no discriminación, pro persona y de no regresividad era importante que se consolidara el modelo de control difuso de la convencionalidad en todos los niveles de impartición de justicia. Finalizó recordando que la Constitución mexicana está próxima a cumplir su primer centenario y que uno de los retos es mantenerla viva ante los diversos cambios sociales. Así, tanto la Ministra Sánchez, como el Ministro Medina tuvieron presente el papel que tiene la sociedad en la labor de la Corte. En sus discursos podemos observar la preocupación por la interpretación del derecho, la protección de los derechos humanos y la responsabilidad que tiene la SCJN de contribuir en la consolidación de una sociedad democrática. Podemos afirmar que – como dijo la Ministra Sánchez- la Corte de hoy, es una nueva. Una más visible y más protagónica en la vida democrática del país. Es importante también recordar que la generación de Ministros y Ministras que empezó este cambio está por terminar su encargo (la propia Ministra Sánchez y el Ministro Silva son los únicos que quedan de la Corte que se conformó tras la reforma al Poder Judicial de 1994-95). Al retirarse, dejarán un Tribunal Constitucional que tiene que proteger los derechos consagrados en una Constitución cada vez más robusta, una Constitución que incluye organismos públicos autónomos, que reconoce con mayor fuerza la pluralidad social y la preeminencia de los derechos humanos. Así, para quienes en los próximos años protagonicen el “drama judicial” en la Corte, serán tiempos de aprendizaje -tal y como apuntó el Ministro Medida- en ese proceso jugaran un papel clave la pluralidad de criterios judiciales, pero también la expectativa social de consolidación democrática, de apertura y de justicia.]]>
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